Si yo amo a mi esposo para ganar amor, me siento resentida, engañada y justificada en palabras amargadas cuando él no responde de la manera que yo esperaba. 

Si yo amo a mi esposo a través del amor, soy capaz de amar verdaderamente, no importa como el responda o cuando tiempo tome para que él reciba ese amor.

Si yo busco afirmar a mi esposo con palabras, para ganar su amor, me siento rechaza y sin esperanzas cuando el no las recibe.

Si yo animo a mi esposo a través del amor, porque el es mi hermano en Cristo, puedo seguir haciendolo hasta que esas semillas echen raíces y crezcan. 

Si yo me ofrezco a cuidar a los niños para que mi esposo pueda tener más tiempo libre o descanso, para ganar su amor, luego yo espero que el sea agradecido y que devuelva el favor. 

Si yo elijo servir a mi esposo, a través del amor, solo porque sí, Dios me llena desbordantemente y Su gracia y sonrisa son suficientes.

Si me visto con un vestido lindo para ganar su amor, me siento tonta e infantil si él falla en notarlo.

Si me visto interiormente y exteriormente confiadamente a través del amor, mi sonrisa no depende de la suya, y me vuelvo atractiva de una manera diferente. 

Si yo ofrezco consejo u opiniones para ganar amor y afirmación, mi orgullos es picado y me siento rechazada y triste si no son tomados en cuenta. 

Si comparto mis pensamientos de oración a través del amor, no importa si son escuchados o no, el Espíritu Santo tiene la responsabilidad de resaltar cualquier verdad. 

Si yo amo egoístamente, siempre decepciona.

Si yo amo completamente, y libremente y vulnerablemente, la presencia de Dios habita y transforma.

¡Oh, Señor, eseñame a amar como tu!